¡No! Rápidamente, sin pasar por la mente.
Salió esa palabra como un grito, como un desafío. Me negaba a mí misma la idea de aceptarte. No entrabas en mis esquemas, de ninguna de las maneras. Descolocaste el mundo tal y como yo lo tenía concebido. Era algo en lo que no estaba dispuesta a ceder. Y me fui. Otra vez. Como en un suspiro. Pasé de sentir el roce de tus dedos sobre mi espalda... a notar como el viento me alejaba de tus palabras.
Y, días después, las cosas cambian y todo gira. Aquello imposible se convierte en probable. Empiezo a pensar lo impensable. Y empiezo a buscar un motivo para soñar contigo.
"El amor no es elección, sino solo un accidente, tiénese donde se siente, no donde fuere razón"
Lope de Vega
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