miércoles, 13 de abril de 2011

Cierra los ojos

Ahora, vamos a soñar. Ábrete paso a través de mi cuerpo, de mi corazón. No dejes que piense. Solo actúa. No hay razón, ni lógica. Sólo amor. No puedo buscar excusas, ni motivos para quererte. Es así, y ya está.

Nunca me he creído nada. Tal vez, porque soy una gran mentirosa. Y bien dicen que cree el ladrón que todos son de su condición. Y hoy, mis sospechas se confirman. Todo fue un engaño, una absurda mentira para ver cuál de los dos era capaz de hacer más daño al otro. Y ésto, solamente para no reconocer las evidencias. Para no aceptar que ambos nacimos para este momento. Que fue algo que surgió en la primera mirada en la primera palabra, en el primer abrazo... Y es ahora cuando, por fin, siento el corazón a mil por hora, la respiración entrecortada y la esperanza en la garganta. Todo el dolor, todas las lágrimas... todo inútil, todo absurdo. Sufrimiento y tiempo malgastado, porque fue tiempo que no estuve a tu lado. Pero, amor... ahí está la magia.

Siento tu tacto, tu olor. Como tantas veces, jugando en la arena. Ahora, la noche nos abraza, desnudos sobre la playa. Me susurras al oído las letras de aquella canción perdida que tanto nos hizo llorar. Y yo recuerdo todos los momentos que pasé buscando este sentimiento... en el lugar equivocado. Mi pequeño cuerpo se abraza a tí, ansiando protección del fresco viento de la aurora, que roza nuestros cuerpos y eriza nuestros cabellos.



Pero ya no hay miedo. Ni dolor, ni angustia. Ni nada. Se acabaron los problemas. Ahora toca vivir. Vivir, para siempre, volando a tu lado.

2 comentarios: